miércoles, 21 de febrero de 2007

Mediante un sencillo acto ecologista, ambos mandatarios emprendieron la más prometedora relación institucional de la historia de Tabasco; También sentaron las bases para disminuir la brecha entre la riqueza y la pobreza


MALPASITO, Tab., 20 de febrero.- Durante su primera gira de trabajo por Tabasco, el Presidente Felipe Calderón Hinojosa sembró –con el gobernador Andrés Granier Melo–, la primera semilla de la campaña de reforestación más ambiciosa de la historia de México; pero plantó, también, la primera semilla de la más prometedora relación que el estado ha tenido en su historia con la Federación.

En medio de esta comunidad, rodeada por la zona serrana que colinda con Chiapas y Veracruz –asentamiento zoque por excelencia–, ambos mandatarios sembraron una semilla de caoba, una de las especies maderables más preciadas por la industria de la ebanistería.

El germen fue enterrado en una de las cavidades de las charolas del vivero de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), del cual brotará el retoño de un árbol sano y fuerte, dador de vida y riqueza. Será la planta que Calderón y Granier se encargarán de cultivar mediante una relación sólida, vigorosa y generosa para todos los tabasqueños.

PROÁRBOL NACE VIGOROSO EN TABASCO

Poco antes, alrededor de las 12:30 horas, el Presidente y el gobernador aterrizaron en esta comunidad, para emprender el programa nacional ProÁrbol, mediante el cual la Federación y los estados se comprometen a sembrar durante este año, 250 millones de árboles, a fin de revertir la grave deforestación que registra México y resarcir los daños causados a los recursos naturales.

En el presidium, desde el cual encabezó la ceremonia, el jefe del Ejecutivo federal saludó a indígenas zoques que le habían solicitado integrarse al programa ProÁrbol y, después, acompañado por un grupo de entusiasmados alumnos de preescolar entonó el Himno Nacional.

Ante legisladores, silviculturistas, productores y académicos, entre ellos el Premio Nóbel de Química, Mario Molina Enríquez –quien poco antes contagiara con sus planteamientos ecologistas–, Calderón Hinojosa refirió que alguna vez, durante la década de los 70, su padre le comentó que habían dos brechas que ponían en peligro a la Humanidad: la que habita entre el Hombre y la naturaleza, y la que existe entre el norte y el sur.

Es decir –dijo en presencia de un atento Andrés Granier–, la que permite que el Hombre destruya las riquezas naturales, y la que divide al orbe entre un norte desarrollado económica y tecnológicamente, y un sur pobre y dependiente. Y que esas brechas tenían que cerrarse, para evitar la posibilidad de que la Humanidad se destruyera a sí misma, agregó.

Pero en Tabasco, precisó Felipe Calderón, no sólo se comienza una campaña de reforestación, sino que adicionalmente se entregarán apoyos a quienes plantarán los árboles por todo el territorio nacional. “De esa manera los mexicanos no sólo cerraremos las dos brechas que comentábamos –precisó–, sino que ayudaremos a disminuir el abismo entre la riqueza y la pobreza”.

Andrés Granier Melo, por su parte, ofreció al Presidente de la República todo el apoyo de su gobierno y la decidida disposición de miles de conciudadanos que, desde ahora, se suman al ambicioso plan ProÁrbol.

“Por nuestra parte quiero que sepa que Tabasco le respalda abiertamente en su cruzada por hacer de nuestro país, un lugar seguro para las inversiones”, dijo. “Cuente también con nuestra colaboración total, para hacer de México un mejor país”, exclamó ante un sonriente secretario del Medio Ambiente, Juan Elvira Quesada.

Posteriormente, Felipe Calderón y Andrés Granier se dirigieron al vivero de Conafor donde plantaron la semilla simbólica de esta nueva relación, para después dirigirse hacia el siguiente punto de la gira de trabajo.

Si bien con esta siembra concluyó un acto protocolario, con ella nació una cordial relación institucional y una vasta campaña nacional de reforestación, durante la cual los mexicanos sembrarán uno de los cuatro retoños que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), plantará este año en el mundo. Al finalizar 2007, el planeta tendrá mil millones de árboles más brindando vida y salud a la Humanidad.